Amor
Según el diccionario, la palabra amor representa un concepto universal relacionado principalmente a la afinidad entre seres; este tipo de definiciones nos lleva a creer que solo debemos o podemos sentir amor por otros y no por nosotros mismos? En muchas ocasiones somos educados basándonos en la creencia de que debemos entregar o amar más a los demás que a nosotros mismos, pero acaso también no es cierto que como es adentro es afuera? Cómo puedo darle a alguien algo que no tengo o no siento por mí?
Nuestras creencias religiosas, culturales, etc., no nos educan para amarnos, de hecho si decimos que a la persona que más amamos es a nosotros mismos, podríamos terminar siendo blanco de críticas o juicios; ahí es donde yo me pregunto por qué? Que tiene de malo que nos amemos o valoremos, quién, cómo o cuándo decidió que eso es incorrecto? Uno de los mandamientos es amar a tu prójimo como a ti mismo, allí podemos entender que primero estás tú y amarte no es un acto de egoísmo como muchos lo ven.
Si me amo profundamente, acepto que merezco ser feliz, le hago honor a quien soy; esto acaso no me da más soporte para amar libremente, o me permite entender que todos somos merecedores de amor y debo respetar a los demás, así como yo siento que yo lo merezco? Me da la libertad de honrar al prójimo como a mí mismo y sentir el deseo de no hacer a nadie lo que yo siento que no quiero que me hagan, me permite vivir en paz, amor y armonía, si yo no me juzgo, tampoco voy a sentir la necesidad de juzgar a los demás, aceptando mi divinidad y la de los demás en unidad y amor con Dios y el universo.
Si me amo a mí mismo, entiendo, acepto e integro en mi corazón que nunca estoy solo, porque me siento feliz conmigo, acompañado y completo, eso me permite ser feliz y no pasar mi vida buscando afuera lo que no tengo adentro, porque es muy difícil ser feliz si me siento incompleto y entrego a alguien más, ya sea pareja, hijos o amigos, la responsabilidad de completarme.
Hoy quiero hacerles una amorosa invitación, es verse de otra manera, aceptando y abrazando a quien somos, soltando los juicios y las culpas, entendiendo que todo está en orden y recibiendo todo el amor que tenemos para darnos, porque somos seres únicos y completos en unidad con Dios.
Cuando logramos integrar esto en nuestro corazón, todo a nuestro alrededor cambia, porque como vemos a los demás, es simplemente un reflejo de nuestra relación con nosotros mismos.
Para conectarnos con la energía de amor, debemos iniciar con la más poderosa que es el amor propio; quiero invitarlos a iniciar un simple ejercicio de conciencia y auto observación: Cada vez que sintamos que estamos haciendo un juicio o un acto de desamor con nosotros mismos, simplemente lo observamos amorosamente y aceptando nuestra naturaleza humana en aprendizaje, respiramos profundamente y repetimos mentalmente “Yo soy amor, yo soy amor…” Hasta que sintamos la energía de amor y paz en nuestro corazón, cerrando el ejercicio con agradecimiento al universo por la paz recibida. Este simple ejercicio va a generar cambios muy profundos en tu corazón y en tu relación contigo mismo y con los demás.