Muchas veces nos basamos en creencias, educación o situaciones vividas, donde soportamos nuestra necesidad de hacer feliz a otros muchas veces por encima de nuestra propia felicidad, cuando estamos dispuestos a no ser nosotros mismos y decidimos cambiar nuestra personalidad porque es más importante nuestra necesidad de aceptación dentro de la sociedad o de alguna persona, muy por encima que nosotros mismos, y dejamos de lado nuestro amor propio o bienestar y vivimos creyendo que no somos lo suficientemente buenos o cargamos/recibimos culpas que no nos pertenecen, única y exclusivamente porque fuimos educados para ponernos de últimas llegando al punto de integrar en nuestro corazón que no somos felices simplemente porque no lo merecemos.

Mi pequeña hija en su sexto cumpleaños me dio un gran regalo: cuando apagó la vela de su ponqué pude sentir cómo al cerrar los ojos y pedir su deseo realmente conectó su corazón, lo cual me generó una gran curiosidad y no pude aguantar las ganas de preguntarle por su deseo; después de varios intentos decidió compartir su deseo conmigo y fue uno de los regalos más maravillosos que he recibido: “Mamá mi deseo es ser feliz siempre siendo como yo soy”; su nivel de conciencia, su conexión y su gran corazón dejaron un tatuaje ese día en mi alma y decidí acompañarla y seguirla en su causa.

Me quedé varios días pensando en esa frase: “Ser feliz siempre siendo como yo soy” y esto fue generando varias preguntas, la primera fue como soy yo? E inicié una amorosa lista donde desde mi corazón agradecía cada una de las características de mi personalidad, las ponía en términos positivos y limpiaba en mi alma cada creencia que decidí recibir de otros, cada juicio que decidí aceptar, cada culpa que decidí sentir y les agradecía por haber cumplido la promesa de venir a apoyarme en mi aprendizaje de amor propio y entendí que amarme profundamente me hacía sentir feliz muy feliz y en ese momento decidí aprobarme y aceptarme siendo feliz tal y como yo soy, porque soy una obra de Dios perfecta tal y como yo soy; aprendizajes, miles, claro que si, soy humana, pero los integro en amor no en dolor o juicio porque a eso vine: a aprender.

Yo realmente creo que la felicidad es una decisión, un estado del alma y como lo único que podemos controlar son nuestras emociones, también podemos decidir si queremos estar felices o tristes; tú cómo decides que quieres estar?

Te quiero invitar a un sencillo ejercicio: por una alarma en tu celular que suene cada hora y has seguimiento de cada uno de tus pensamientos y si sientes que es un juicio o una critica hacia ti mismo, para en seco y a través de una profunda y lenta respiración repite mentalmente hasta que te tranquilices “Yo soy feliz siendo como yo soy”; vas a ver cómo este decreto va a generar profundos cambios en tu bienestar, porque amarte te hace sentir bien!

ASI ES!